Por: Lilia Cisneros Luján

¿Quien los educó? Lo msiso a normalistas que a pseudo universitarios

14 de octubre 2019

Cambiar implica múltiples connotaciones. Si aludimos a la técnica podemos resumir, que moverse hacia atrás es un cambio básico para el cual una importante mayoría no está capacitado ¿Ha observado a personas sin preparación estacionarse con un movimiento de reversa? en términos de matemática, podemos notar cuando alguien está dirigiéndose de manera inversa a la lógica y si de temas biológicos se trata por condiciones de declive mental o físico –que pueden considerarse obvios en edades avanzadas- reconocemos la involución. ¿La disminución de progresos logrados en alguna sociedad es una condición regresiva?

Si pretendemos entender el porqué de las protestas en Francia desde hace 12 meses, en Nicaragua y ahora en Ecuador ¿podemos coincidir en que el intento de bajar pensiones o cobrar más caros los insumos energéticos –gas, luz y gasolinas- tiene alguna emoción común en los gobernantes que implica una condición regresiva tanto en ellos como en los afectados?

La historia de la humanidad en cierto sentido es un anhelo constante de superación, no siempre expresado de manera pacífica, que impone beneficios, condiciones igualitarias, superación de aspectos de marginación vinculados con la salud, la educación, la vivienda y sobre todo la libertad. ¿Qué pasa de cuando en cuando para que algunos tomen caminos que a la larga nulifican lo que la humanidad en su conjunto había logrado? Si las expresiones masivas se convierten en robo de camiones, secuestro de personas, molestias a terceros que se ven obligados a suspender sus propias actividades; la duda acerca de la legitimidad de tales eventos es cuestionable ¿Se puede considerar impunidad el tolerar el robo y el secuestro solo porque quien lo realiza es el pueblo bueno? ¿Qué justifica el intento de control de todo y todos por razones populistas? ¿Dónde aprendieron quienes eso hacen que violar la ley es válido?

El punto a final de cuentas es el aprendizaje, si revisamos los hechos ocurridos durante el bienio 1966-67 de México, el común denominador en las universidades fue: marchas estudiantiles, peticiones no siempre inteligentes, toma de autobuses, repudios de una mayoría que creían en las aulas como mejor espacio para reclamar y siempre la exigencia de destituir a alguien, desde un secretario, director o rector. ¿Qué han ganado las generaciones de menores de edad por la reforma y la contra reforma educativa? ¿Se fortalece el control de quienes ostentan el poder cada vez que se destituye, persigue o encarcela a alguien?

Frente a una realidad global y avances tecnológicos de los que es casi imposible abstraerse, la educación, es mucho más que la trasmisión de conocimientos –en el aula, la biblioteca o la charla de quienes han acumulado más experiencias que el aprendiz- o la formación de hábitos tradicionales. ¿Es bueno o malo para nuestros hijos o nietos el vivir con el instrumento digital en sus manos? ¿Qué tanta consciencia hay en sujetos en formación, al seguir consignas para destruir lo del otro –vitrinas, paredes, autos, equipamiento urbano- vejar a quien piensa diferente o borrar –leyes, instituciones- lo que a final de cuentas con todo y las deformaciones funcionaba?

Difícilmente la educación será un auténtico compromiso de superación y de inclusión democrática para todos los involucrados –profesionales en la materia, padres, educandos y autoridades- si la conducta de estos se encuadra en la mediocridad, la presión para las canonjías propias, la pasividad de algunos y la perversidad de otros. En su actividad cotidiana ¿se ha encontrado con personajes que no saben expresarse? ¿Siente las muchas limitaciones en quien comparte con usted, el transporte público, el salón de clase, el espacio comercial que frecuenta? Sin caer en la trillada frase de que los tiempos pasados fueron mejores, si preocupa la multitud de burócratas que de pronto nos abruman. Para nuestros padres y muchos de nosotros, no era difícil reconocer lo justo de lo injusto lo normal de lo anormal, lo conveniente de lo inconveniente ¿Podemos decir que esa misma claridad tienen los milenians y la generación Z? ¿Con que referentes definen estos jóvenes a que grupo pertenecen: de amigos, compañeros, la escuela, lo nacional, lo extranjero o solo lo que por medio de modas temporales dictan los medios de comunicación o las redes?

Promover además de los avances científicos a personas integras, conscientes de su trascendencia, con responsabilidad propia y para su descendencia, debería ser esencia de la educación. Benjamín Franklin sentenció “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo” ¿Se involucra a la gente al dejarla actuar sin límites?

Con base en lo anterior, es claro el papel que debe tener la educación: ser el medio que equilibre los avances científicos y la esencia de lo humano, promoviendo así individuos íntegros, conscientes de su trascendencia y por lo tanto, responsables con las nuevas generaciones ¿Pueden los profesores de educación básica afrontar este desafío? ¿Lo captan jóvenes egresados de escuelas donde logran por el chantaje, obtener plazas aunque su propia formación adolezca de muchos problemas? Quién es culpable de estas limitaciones ¿las autoridades educativas, los teléfonos móviles, los videojuegos, el hambre, las instalaciones deficientes? No se puede justificar la ausencia de rumbo aduciendo que hay pobreza o migración. Los estudiantes de México desertan o migran porque crecen sin límites y en medio de la ponderación del abuso que ignora tanto el valor del control escolar como los conocimientos y las aptitudes necesarias para ser parte de esta alta responsabilidad que es educar. Pretender que es democrático el caos y el desorden, es una simple trampa del autoritarismo, aun cuando esto se justifique con cualquier pomposo argumento.