Por Daniel Ambriz Mendoza

Es innegable que las malas noticias y la desinformación que a diario nos bombardean pueden afectar nuestra salud mental y que un mal manejo de nuestras emociones nos puede llevar a tener problemas en nuestras relaciones personales. Debemos tratar de cuidar ambas.
Sé que es difícil comprender lo que escribo por alguien que ya perdió el empleo a consecuencia de las medidas sanitarias ocasionadas para detener los efectos del Covid-19 o por alguien que su empresa mediana o pequeña ya haya cerrado y despedido a su personal. Es aquí donde urge el apoyo del gobierno para que estas empresas que han cerrado abran sus puertas nuevamente y recontraten a su personal y que las que están a punto de cerrar no lo hagan y conserven a sus trabajadores, hasta el momento, el gobierno federal ha sido insensible y se ha negado, el 0.7% del PIB estimado que se dice se implementará en inversiones públicas de difícil viabilidad está muy lejos de lo que en verdad se requiere para rescatar la economía, conservar e incentivar el empleo en México. Otros países han destinado más puntos porcentuales de su PIB (E.E.U.A el 10%, Francia el 15% y España el 20%, etc.) para evitar que la economía de las familias se desplome apoyando con seguros de desempleo e incentivando a las empresas que generan empleo, producen bienes y servicios para el resto de la población impulsando con esto el bienestar social. Están apoyando decididamente a su población.

El estrés, la ansiedad, la esquizofrenia y hasta la locura pueden ser enfermedades mentales que pueden detonar otros padecimientos somáticos o llevan a la tragedia a quienes las padecen. Al parecer el gobierno federal no lo ve o no le interesa este problema porque no lo está atendiendo y la solidaridad social es tan escasa que no es suficiente para resolver un problema de esta naturaleza, quienes están viendo amenazada su única fuente de empleo pierden el equilibrio emocional debido a que se pone en riesgo el sustento de su familia.

Aquí abro un paréntesis para aclarar que cuando se invita a quedarse en casa para evitar la propagación del corona virus es para quienes tienen la posibilidad laboral y económica de hacerlo, se entiende que quienes tienen forzosamente que salir a buscar el sustento diario lo tienen que seguir haciendo, esto permite que la economía nacional no se desplome, en este caso solo se les recomienda tener las debidas precauciones sanitarias que ya se han difundido, no abrazar, no saludar de mano y beso, estornudar o toser en el ángulo interno del brazo, conservar la sana distancia y lavarse continuamente las manos, entre otras medidas. Lo que se critica es que quienes pueden quedarse en casa sin ningún problema colateral salgan a la calle como si nada estuviera pasando, eso es una irresponsabilidad o falta de sensibilidad social.

Por otro lado, la mala información, los mensajes apocalípticos, las teorías conspiratorias y todo aquello que circula por Internet y que alarma o causa temor, altera nuestras emociones y nos pone tristes, desesperados, nerviosos o simplemente de malas, desencadenando discusiones y pleitos con los demás perjudicando la interrelación social y trastocando la armonía familiar. Es importante no compartir información falsa o notas alarmistas, no tomar las redes sociales como el basurero de nuestras frustraciones, y cuando leemos, eliminar todo aquello que no sea de utilidad, no tiene caso estar alimentando nuestro cerebro con basura que solo trastorna nuestras emociones. Todo lo anterior, en lo posible, debe acompañarse de un programa personal de alimentación sana, trabajo en casa, diálogo y convivencia familiar, esparcimiento estacionario y ejercicio diario para que nos ayude a mitigar los efectos del encierro domiciliario necesario para contener la propagación del virus.

Sé de las dificultades que estamos pasando, pero ante el exponencial aumento de la infección viral por Covid-19 en las próximas semanas las cosas pueden empeorar, ya la autoridad sanitaria anunció que irremediablemente llegará la fase 3 y con ella, la expansión del virus a las zonas rurales, más contagios y muertes por esta circunstancia, para esta fase, también anunciaron aumentar 7 mil camas en los hospitales para recibir a los enfermos pero se necesitan 40 mil camas, según proyecciones de quienes saben de esto.

Si a lo anterior le sumamos la escasez de personal de la salud capacitado y equipado para esta contingencia, la falta de fármacos, respiradores y material sanitario, el panorama no es muy halagador, por eso, en lo posible, cuidemos nuestra salud física y mental.

Trabajemos en el manejo de nuestras emociones para evitar la ira, el mal humor y las discusiones. Nos necesitamos sanos. Hagamos lo posible por quedarnos en casa y evitar participar en aglomeraciones públicas, las próximas 3 semanas pueden marcar la diferencia. ¡Salud para todos!